Por Alberto Calvo
La caída del sábado ante los Lobos de la Universidad de Coahuila parece ser una importante llamada de atención para los pupilos de Fernando Wong.
Desde el primer periodo la superioridad de la escuadra visitante se hizo manifiesta, mostrándose muy efectivos tanto en los tiros de distancia como en la pintura. La Ola se presentó al juego con la importante ausencia de Eric Martin, una de las más peligrosas armas ofensivas del equipo, ausencia que se sintió durante todo el juego al ver la falta de puntería de sus compañeros. Rafa Sandoval, Luis Quezada y Adrián Alvarez tuvieron una noche de altibajos, por momentos jugando bien y en ocasiones ejecutando tiros que en ocasiones ni siquiera le dieron al aro. Boubacar Aw tuvo quizás su peor juego de la temporada, enfrentando a un fuerte esquema defensivo de parte de los Lobos que nunca le permitió ingresar al área con facilidad.
No es posible asumir que la ausencia de Martin, o el abandono de Richard López tras sufrir un fuerte golpe en el inicio del cuarto periodo sean la causa de tan aparatosa derrota. El juego acabó con una diferencia de 25 puntos a favor de los visitantes, quienes se habían ido al descanso de medio tiempo con 23 de ventaja. La producción ofensiva de la Ola fue mala, dado que en el primer medio apenas consiguieron 37 puntos, pero lo realmente preocupante es el pobre trabajo defensivo que realizaron, particularmente, el cuadro titular.
Jamar se esfuerza, pero no tiene la imponente presencia física a la que nos estaba acostumbrando Kevin Shand, en tanto que Rafa Sandoval ha sufrido mucho en el aspecto defensivo, y la verdad, no puedo recordar cuando fue la última vez que lo ví robar un balón o mostrar esa hambre de hacerse con la bola que tantos elogios le ganó la temporada pasada. Tal vez la excepción sea Richard Lopez, quien defensivamente es el más agresivo dentro de la quinteta titular, buscando el robo de balón o el bloqueo cada vez que es posible. Y finalmente Buba, quien simplemente no existe a la defensiva.
Las deficiencias defensivas de Buba no son nada nuevo, pero en las últimas semanas parece haber empeorado aún más. No va por los rebotes, rara vez cierra el paso a los contrincantes y en ocasiones ni siquiera levanta las manos para estorbar en los tiros de distancia. Cuando pierde un balón acostumbra quedarse parado o regresar caminando y nunca se le ve hacer la transición de ofensivo a defensivo adecuadamente. Es difícil creer que, de acuerdo con algunos medios, como la revista Chilango (aquí pueden leer la nota), Buba haya sido designado como Defensivo del Año en su conferencia dentro del circuito universitario de la NCAA en los EEUU. Digo esto porque haciendo memoria, algunos jugadores mencionados como defensivos del año o miembros del equipo defensivo del año han llegado a ser figuras en la NBA. ¿Ejemplos? Joe Dumars, Dennis Rodman, Scottie Pippen, Horace Grant, Dikembe Mutombo, o Eduardo Nájera. Dudo que alguien pueda afirmar que Buba tiene las habilidades defensivas de cualquiera de esos jugadores.
Con su actitud pareciera querer decir "a mi me pagan por hacer puntos, no por defender" y lo peor es que incluso como jugador de ataque ha empezado a mostrar sus limitaciones. Es claro que los equipos que enfrentan a La Ola lo tienen bien estudiado y un par de claros ejemplos son las visitas que hicieron al Juan de la Barrera en las últimas semanas los Correcaminos Victoria y los Lobos de Coahuila, quienes prepararon un sistema defensivo de mucha presencia física en la pintura anulando de manera efectiva los embates del delantero senegalés. El sábado no pude evitar reirme cuando, una vez en la banca (hasta Wong tuvo que admitir que era necesario sacarlo dado su pobre desempeño), reprendió a Paul Luque y trató de darle indicaciones de como defender. Ridículo, especialmente tomando en cuenta que Luque es tal vez el mejor defensivo de área en el equipo.
Más preocupante aún resulta la renuencia del coach Wong a sacar de la duela a Buba. Es algo habitual ver a Buba jugar los cuarenta minutos, aún en juegos donde no produce lo que se espera de él. No sé si exista alguna presión de la directiva del equipo sobre el coach, pero me llamó la atención que al presentar al equipo (por cierto, urge tener un locutor de cabecera), Buba fuera presentado como "el capitán del equipo e ídolo de toda la afición", dado que la presentación la hizo una mujer que trabaja, por lo que he podido apreciar, en el área de relaciones públicas o comunicación del equipo. Eso, y el hecho de que la página oficial del equipo y casi cualquier nota de prensa tenga únicamente fotos de Buba es algo que empieza a despertar ciertas suspicacias -al menos de mi parte-.
Ojalá y esto se solucione pronto, ya sea de parte del propio Buba, que se ponga las pilas y deje de creerse toda la publicidad generada en torno a él, o de parte del equipo, que muestre la firmeza necesaria para demostrarle que su nombre o imagen no son suficientes para asegurarle un lugar en la quinteta titular a menos que demuestre tener el nivel para ser la figura que nos han hecho creer que es.
La caída del sábado ante los Lobos de la Universidad de Coahuila parece ser una importante llamada de atención para los pupilos de Fernando Wong.
Desde el primer periodo la superioridad de la escuadra visitante se hizo manifiesta, mostrándose muy efectivos tanto en los tiros de distancia como en la pintura. La Ola se presentó al juego con la importante ausencia de Eric Martin, una de las más peligrosas armas ofensivas del equipo, ausencia que se sintió durante todo el juego al ver la falta de puntería de sus compañeros. Rafa Sandoval, Luis Quezada y Adrián Alvarez tuvieron una noche de altibajos, por momentos jugando bien y en ocasiones ejecutando tiros que en ocasiones ni siquiera le dieron al aro. Boubacar Aw tuvo quizás su peor juego de la temporada, enfrentando a un fuerte esquema defensivo de parte de los Lobos que nunca le permitió ingresar al área con facilidad.
No es posible asumir que la ausencia de Martin, o el abandono de Richard López tras sufrir un fuerte golpe en el inicio del cuarto periodo sean la causa de tan aparatosa derrota. El juego acabó con una diferencia de 25 puntos a favor de los visitantes, quienes se habían ido al descanso de medio tiempo con 23 de ventaja. La producción ofensiva de la Ola fue mala, dado que en el primer medio apenas consiguieron 37 puntos, pero lo realmente preocupante es el pobre trabajo defensivo que realizaron, particularmente, el cuadro titular.
Jamar se esfuerza, pero no tiene la imponente presencia física a la que nos estaba acostumbrando Kevin Shand, en tanto que Rafa Sandoval ha sufrido mucho en el aspecto defensivo, y la verdad, no puedo recordar cuando fue la última vez que lo ví robar un balón o mostrar esa hambre de hacerse con la bola que tantos elogios le ganó la temporada pasada. Tal vez la excepción sea Richard Lopez, quien defensivamente es el más agresivo dentro de la quinteta titular, buscando el robo de balón o el bloqueo cada vez que es posible. Y finalmente Buba, quien simplemente no existe a la defensiva.
Las deficiencias defensivas de Buba no son nada nuevo, pero en las últimas semanas parece haber empeorado aún más. No va por los rebotes, rara vez cierra el paso a los contrincantes y en ocasiones ni siquiera levanta las manos para estorbar en los tiros de distancia. Cuando pierde un balón acostumbra quedarse parado o regresar caminando y nunca se le ve hacer la transición de ofensivo a defensivo adecuadamente. Es difícil creer que, de acuerdo con algunos medios, como la revista Chilango (aquí pueden leer la nota), Buba haya sido designado como Defensivo del Año en su conferencia dentro del circuito universitario de la NCAA en los EEUU. Digo esto porque haciendo memoria, algunos jugadores mencionados como defensivos del año o miembros del equipo defensivo del año han llegado a ser figuras en la NBA. ¿Ejemplos? Joe Dumars, Dennis Rodman, Scottie Pippen, Horace Grant, Dikembe Mutombo, o Eduardo Nájera. Dudo que alguien pueda afirmar que Buba tiene las habilidades defensivas de cualquiera de esos jugadores.
Con su actitud pareciera querer decir "a mi me pagan por hacer puntos, no por defender" y lo peor es que incluso como jugador de ataque ha empezado a mostrar sus limitaciones. Es claro que los equipos que enfrentan a La Ola lo tienen bien estudiado y un par de claros ejemplos son las visitas que hicieron al Juan de la Barrera en las últimas semanas los Correcaminos Victoria y los Lobos de Coahuila, quienes prepararon un sistema defensivo de mucha presencia física en la pintura anulando de manera efectiva los embates del delantero senegalés. El sábado no pude evitar reirme cuando, una vez en la banca (hasta Wong tuvo que admitir que era necesario sacarlo dado su pobre desempeño), reprendió a Paul Luque y trató de darle indicaciones de como defender. Ridículo, especialmente tomando en cuenta que Luque es tal vez el mejor defensivo de área en el equipo.
Más preocupante aún resulta la renuencia del coach Wong a sacar de la duela a Buba. Es algo habitual ver a Buba jugar los cuarenta minutos, aún en juegos donde no produce lo que se espera de él. No sé si exista alguna presión de la directiva del equipo sobre el coach, pero me llamó la atención que al presentar al equipo (por cierto, urge tener un locutor de cabecera), Buba fuera presentado como "el capitán del equipo e ídolo de toda la afición", dado que la presentación la hizo una mujer que trabaja, por lo que he podido apreciar, en el área de relaciones públicas o comunicación del equipo. Eso, y el hecho de que la página oficial del equipo y casi cualquier nota de prensa tenga únicamente fotos de Buba es algo que empieza a despertar ciertas suspicacias -al menos de mi parte-.
Ojalá y esto se solucione pronto, ya sea de parte del propio Buba, que se ponga las pilas y deje de creerse toda la publicidad generada en torno a él, o de parte del equipo, que muestre la firmeza necesaria para demostrarle que su nombre o imagen no son suficientes para asegurarle un lugar en la quinteta titular a menos que demuestre tener el nivel para ser la figura que nos han hecho creer que es.
