Dominan a la Ola
Por NÉSTOR AMHED GALINDO
Lechugueros ganó su primera gran batalla del 2005: fue herido por La Ola del Distrito Federal, se vio abajo en varios momentos y perdió la brújula, pero soportó el castigo hasta contrarrestarlo y vencer.
Con engañosa pizarra de 93-88, los leoneses sumaron su cuarto triunfo en el Domo de La Feria, que ayer vivió el mejor partido de la temporada y registró una entrada de aproximadamente 4 mil aficionados.
Todos, absolutamente todos en la tribuna salieron contentos, porque una batalla así no está completa si no le acompaña el triunfo y es mucho mejor cuando tiene héroes claros.
Jorge Rochín y Enrique Zúñiga se echaron el equipo a la espalda, lo cargaron y lo levantaron cuando fue necesario, cuando la extraordinaria defensa de La Ola arriesgaba el invicto leonés en su cancha.
Fue un duelo de poder a poder que inició a ritmo fuerte, con encestes consecutivos, aunque los capitalinos engañaban con algunas fallas ofensivas.
Esta situación y el buen arranque de Rochín bajo el tablero permitieron una ventaja de seis puntos al concluir el primer cuarto.
Pero La Ola se desató en el siguiente periodo, literalmente calló al Domo con su verticalidad ofensiva, con su impecable defensa, que desesperaba a todos, que no permitía disparo alguno.
Ni Zúñiga, ni Omar Mendoza y muchos menos Rochín atinaban de larga distancia, cuando llegaba una rara oportunidad.
Con el difícil panorama, el enceste de Rochín al concluir el periodo fue clave, pues empató los cartones a 48 unidades y esperanzó a la afición.
Por primera vez en la campaña, el triunfo como local se mantenía inseguro al arrancar el tercer cuarto, aunque rápido Reggie Jordan y Zúñiga crearon una nueva ventaja de seis unidades.
Otra vez, Lechugueros parecía en buen camino y aunque la ventaja cayó, se mantuvo para encarar el último periodo.
Pero La Ola nuevamente inundó la duela, aprovechó tres minutos aciagos de los leoneses y esfumó la desventaja, hasta adueñarse de la pizarra.
Llegaron entonces los momentos de pasión que encienden a cualquier afición, los encestes de garra y furia, los rebotes peleados a muerte, ganados con mano, codo y corazón.
El Domo se encendió y fue decisivo, la gente ganó el duelo, aplastó con sus gritos y termino por opacar la tímida reacción capitalina; tiros libres bien cobrados por Zúñiga sellaron el triunfo.
Por NÉSTOR AMHED GALINDO
Lechugueros ganó su primera gran batalla del 2005: fue herido por La Ola del Distrito Federal, se vio abajo en varios momentos y perdió la brújula, pero soportó el castigo hasta contrarrestarlo y vencer.
Con engañosa pizarra de 93-88, los leoneses sumaron su cuarto triunfo en el Domo de La Feria, que ayer vivió el mejor partido de la temporada y registró una entrada de aproximadamente 4 mil aficionados.
Todos, absolutamente todos en la tribuna salieron contentos, porque una batalla así no está completa si no le acompaña el triunfo y es mucho mejor cuando tiene héroes claros.
Jorge Rochín y Enrique Zúñiga se echaron el equipo a la espalda, lo cargaron y lo levantaron cuando fue necesario, cuando la extraordinaria defensa de La Ola arriesgaba el invicto leonés en su cancha.
Fue un duelo de poder a poder que inició a ritmo fuerte, con encestes consecutivos, aunque los capitalinos engañaban con algunas fallas ofensivas.
Esta situación y el buen arranque de Rochín bajo el tablero permitieron una ventaja de seis puntos al concluir el primer cuarto.
Pero La Ola se desató en el siguiente periodo, literalmente calló al Domo con su verticalidad ofensiva, con su impecable defensa, que desesperaba a todos, que no permitía disparo alguno.
Ni Zúñiga, ni Omar Mendoza y muchos menos Rochín atinaban de larga distancia, cuando llegaba una rara oportunidad.
Con el difícil panorama, el enceste de Rochín al concluir el periodo fue clave, pues empató los cartones a 48 unidades y esperanzó a la afición.
Por primera vez en la campaña, el triunfo como local se mantenía inseguro al arrancar el tercer cuarto, aunque rápido Reggie Jordan y Zúñiga crearon una nueva ventaja de seis unidades.
Otra vez, Lechugueros parecía en buen camino y aunque la ventaja cayó, se mantuvo para encarar el último periodo.
Pero La Ola nuevamente inundó la duela, aprovechó tres minutos aciagos de los leoneses y esfumó la desventaja, hasta adueñarse de la pizarra.
Llegaron entonces los momentos de pasión que encienden a cualquier afición, los encestes de garra y furia, los rebotes peleados a muerte, ganados con mano, codo y corazón.
El Domo se encendió y fue decisivo, la gente ganó el duelo, aplastó con sus gritos y termino por opacar la tímida reacción capitalina; tiros libres bien cobrados por Zúñiga sellaron el triunfo.